Jugando a ser dioses
Una vez más volvimos a sacar pecho, a creer que podíamos meterla en una lata y consumirla poco a poco para después rellenar de nuevo ese fondo vacío de oscuridad.
Pero ella nunca perdió la libertad, se escapaba de entre las manos y serpenteante buscaba cualesquiera de los rincones del habitáculo hasta mostrarse poderosa, hasta dominarlo todo.
Ahora estamos desconectados y ella, la luz, nos mira a los ojos fiando nuestras retinas, rompiendo nuestros sueños, amaneciendo con total poder.
Atrapamos la luz en las impresiones que deja, no sólo en nosotros, sino en nuestros obturadores, en la película de nuestra vida.
¡Muy buena la serie en blanco y negro de estos últimos días! sigue jugando con la luz
Muchas gracias sois un sol…..uff…ya estoy otra vez a vueltas con la luz….juaass…..me lo voy a tener que mirar…