Sabor a metal
Cuando visitas un lugar en el que se ha derramado tanto sudor, en el que los hombres han puesto todo su esfuerzo en trabajar el metal, en tornearlo, fundirlo, comprenderlo, es entonces cuando comienzas a degustar ese oficio, lo saboreas hasta sentir un amargo retrogusto…un sabor a metal.
Catedral del Trabajo… nada más terrenal. Y nada más místico bajo esos arcos y esa luz que se adivina al fondo