El deleite de la concupiscencia
No hay nada más bello para unos ojos occidentales que dos bellas féminas dando un paseo por cualquier parque o calle con sus adornados kimonos como si fuera algo normal, como si no se dieran cuenta de que embelesan con su armonía la propia naturaleza del lugar.
La mezcla de sentimientos, olores y sensaciones se acrecienta a su paso.