En la misma punta de la nariz
Es ahí justo dónde se encuentra esta ciudad, en el apéndice nasal de nuestra península ibérica, bien protegida del bravo Atlántico, ciudad de navegantes y descubridores, del morir del Tajo, de hermanos en historia y de ricos bacalaos y vinos de mesa, de subir y de bajar, de tranvías amarillos…
Dos visiones, dos motivos, uno desde dentro y el otro desde fuera.
ESa bruma que convierte en una ensoñación la Torre de Belem…esos tranvías de madera que siguen subiendo cuestas firmes, aunque vayan renqueantes…¡ Una maravilla ver tus fotos! transportan allí, hacen viajar a través de un medio infalible: la mente.
Bonitas fotos.
La semana pasada estuve en Lisboa, Qué coincidencia.
Bueno, yo hace un poco más, éstas son de hace unos meses, pero tengo especial recuerdo de ese día con una niebla de película, apenas se veía en veinte metros adelante y de pronto la torre allí….fue muy intenso.
Bella ciudad, muy viva.
Un saludo tocayo y buena luz.