Quince disparos, quince registros.
El día que Wanda entró por la puerta del Estudio ya fue especial, no era otra sesión de fotos más….conversamos, intenté detectar en ella que era exactamente lo que buscaba… y lo que encontré fue más bello de lo esperado.
Encontré a una persona tremendamente sensual, dura y tímida a la vez, con una fuerza interior incansable, luchadora, atleta y sobretodo con una mirada llena de melancolía,…y al momento supe que debía hacer, todo y nada, registros y más registros, hasta poder obtener un compendio de conexiones que son lo que la definen.
Gracias por aparecer y por haber endulzado un poco más esta humilde mirada.