No es por pelotas…
Siempre he pensado que las mujeres no sólo nos superan en número en este planeta, sino que también lo hacen, y de largo, en capacidades como el trabajo, la constancia, el sufrimiento, o el simple sacrificio de sacar una familia adelante aún con los mínimos medios.
Cuando te dicen que tras la guerra de Bosnia, un ochenta por ciento de las mujeres casadas quedaron viudas ese pensamiento se reafirma como nunca quizás pensé, y es que el único consuelo que me queda es ver que un país con un futuro en manos de ellas es lo más esperanzador que alguien puede desear.
No puedo dejar de acordarme del tacto al estrechar las manos de estas mujeres, que saludan con firmeza, con seguridad, con angustia…un tacto recio, aspero, curtido, amable, transmiten tantas sensaciones en un momento…
No recuerdo quién dijo hace tiempo que con más mujeres en el poder, habría menos guerras…más que nada por aquello de que saben lo que cuesta parir a un hijo, como para dejarlo ir caminando hacia la muerte…
que razón tienes….y cuanta memoria generacional hay sobre nosotros.
No podemos olvidar que también llevamos con nosotros "la genética" de las generaciones previas…
Dicen (en Etnografia social) que la mujer teme a las ratas mas que el hombre porque para el cuidado de su familia por aquellos en los que habia peste… las ratas eran un peligro… y ahora se arrastra esa aparentemente inexplicable fobia a las ratas.
A veces he pensado que somos simples medios, simples vehículos, para que ellas se reproduzcan. Ellas nos escogen, pero en realidad están escogiendo a todas las mujeres que nos han precedido -madre, abuelas, …-. Jamás he logrado comprender a ninguna completamente (para todo hay grados). Oscar Wilde decía algo así como: "la mujer no está para comprenderla, está para amarla". No me parecen sencillas. Por ser madre no se deja de ser mujer pero algo cambia. Nacen -o despiertan- también una fortaleza y una valentía antes desconocidas. ¿Que tendrán?, ni con ellas, ni sin ellas…
Si Angel, así es…las relaciones de amor-odio, de necesidad y de tiempo-compartir se hacen dificiles cuando la dicotomía entre el no depender y ser libre, o el atarte y perpetuar una generación más, te hace mezclar distintas sensaciones en tu vida y te ponen en la obligada postura de tener que elegir.
Gran frase la de Oscar Wilde, quizá ahí esta resuelto el misterio, y tan sólo debamos amarlas, sin más, sin explicaciones.