Al calor del hogar

Todavía tengo en la memoria esa cocina de carbón que tenía mi abuela y que siempre mantenía encendida, día tras día, azuzando esas brasas para que no se apagaran, para después poder, en su momento, cocinar esas migas o esos caracoles con los que todos nos chupabamos los dedos.

¿Qué historia contará esta cocina?
¿Cuantas personas se habrán reunido alrededor de ella?

Esta foto en flickr

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3 respuestas a “Al calor del hogar”

  1. Tata. dice:

    El calor de una cocina siempre reconforta el alma… además del cuerpo. Las antiguas tienen además en su interior la magia del fuego y de evocar recuerdos que creíamos perdidos. La belleza del lento pasar del tiempo, de los inviernos duros de antaño y el poder de reunir deseos y esperanzas a su alrededor siguen crepitando incluso en su ocaso.

  2. ayarzaFoto dice:

    Me gusta ese crepitar a lo largo del tiempo…

  3. David.GG dice:

    Hola. Una buena foto, que representa a la perfeccion esas antiguas cocinas, de las casas de los pueblos. Saludos

Responder a Tata.